Caso Marita Verón: Susana Trimarco aseguró que hay una carpeta con imágenes de su hija muerta
En una conferencia de prensa desde la Fundación María de los Ángeles, en Tucumán, se dieron detalles sobre la nueva pista que la Justicia Federal investiga en torno al caso ocurrido hace ya 21 años
Susana Trimarco confirmó hoy la existencia de una carpeta con imágenes del cuerpo sin vida de su hija María de los Ángeles Verón o Marita, secuestrada en abril 2002 por una red de trata de personas. “Lamento darles esta mala noticia”, dijo en una conferencia de prensa en la sede de la Fundación María de los Ángeles en Tucumán.
Trimarco, junto a los abogados José D’Antona y Garmendia, dio detalles de las nuevas pistas que se investigan en la Justicia Federal y habló de documentación que prueba que el cuerpo sin vida de Marita Verón apareció en una clínica sindical, Luz Médica.
“Ahora hay una investigación que por el momento puede complejizarse; pueden resultar imputadas varias personas más, de renombre público, por haber encubierto y haber sabido el paradero y el fin o no de Marita y haberlo ocultado por lo menos 10 años. No podemos ser precisos con la fecha porque eso lo determinará la Justicia”, indicó al tomar la palabra Garmendia.
Por su parte D´Antona explicó que la indagación se inició desde la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) y se judicializó ante la Fiscalía Federal de Tucumán, a cargo de Juan Agustín Chit. “Las fotos se incluyeron en una carpeta que se utilizó para extorsionar al responsable del centro de salud, un gremialista”, denunció.
Ayer había trascendido que el ya fallecido Julio Luna, dirigente del gremio Luz y Fuerza de Tucumán y responsable de la clínica, sabía que el cuerpo de la joven estuvo en la morgue del centro de salud y que esas fotos fueron utilizadas por adversarios para extorsionarlo.
Consultada sobre cuál era el gremio, Trimarco dijo: “Es Luz y Fuerza, lo digo yo porque soy la mamá y no le tengo miedo y voy a seguir hasta el final y hay mucha gente, médicos involucrados. Luna era amigo de la Chancha Álvarez [uno de los sentenciados que murió en prisión domiciliaria en junio pasado], eran todos mafiosos. Me la mataron”.
Luego, habló sobre el testigo que le aseguró que vio el cuerpo de la joven en la morgue: “Me fui a Buenos Aires y esta persona me dijo que no podía vivir sin decirme que él sabía lo que le había pasado a Marita. La carpeta existe porque se amenazaban entre ellos y la usaban como herramienta para pelearse entre bandas”.
Tras ello D´Antona concluyó: “La prueba recolectada permite que haya muchas imputaciones. La carpeta no la vimos, no la tenemos, pero distintos elementos y medios de prueba van a ese lugar. Los implicados son gente muy conocida y parte del poder de Tucumán”.
El caso Marita Verón
Marita, quien era madre de una niña de 3 años, fue vista por última vez cuando dejó su casa en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 3 de abril de 2002, para ir a una consulta médica. Un testigo reveló más tarde que fue secuestrada y subida a un auto.
Desde ese día, su madre, Susana Trimarco, comenzó a luchar por saber qué ocurrió con ella y gracias a su impulso se reveló una red de trata entre las provincias de Tucumán y La Rioja.
Con el transcurso de los años, la investigación impulsada por Trimarco y su familia, así como por la Policía y los fiscales que intervinieron en la causa, concluyó que Marita sufrió un secuestro con fines de trata de personas para la prostitución realizado por un grupo delictivo de Tucumán.
En 2012, comenzó el juicio del denominado “Caso Marita”, con 13 imputados por el secuestro de la joven: los hermanos María Jesús y Víctor Rivero -vinculados al clan Ale -; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina; los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez; Daniela Natalia Milhein, Andrés González, Carlos Alberto Luna, Domingo Pascual Andrada, María Azucena Márquez; Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
El juicio oral culminó en diciembre de ese año con la absolución de todos los imputados. A finales de 2013, la Corte Suprema provincial revocó en forma parcial ese fallo y ordenó que una nueva sala fije una pena a 10 de los 13 acusados, ya que confirmó la inocencia de los hermanos Rivero y Medina había fallecido.
Así, la Justicia consideró coautores del delito de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución de la joven a los hermanos Gómez, que fueron condenados a 22 años de prisión, y a Milhein y González, que recibieron una pena de 18 años. También se condenó como partícipes necesarios a Luna y a Andrada (17 años), a Márquez (15 años), a Derobertis (12 años), y a Bustos y Gaitán (10 años).
La sentencia no quedó firme, por lo que a finales de abril de 2017, la sala II de la Cámara Penal ordenó la detención de los condenados, quienes recién entonces comenzaron a cumplir su pena.
Meses después, los hermanos Rubén “La Chancha” y Ángel “Mono” Ale, dos hombres de los que Susana siempre sospechó pero que no quedaron implicados en su juicio, fueron detenidos por lavado de activos a partir de denuncias realizadas. Sus penas fueron ratificadas en 2021, pero gozaron de libertad condicional. “La Chancha” murió en junio pasado.
Trimarco, en honor a su hija, creó la fundación María de los Ángeles, que trabaja en la prevención y asistencia de sobrevivientes de trata de personas y de sus hijas e hijos, y ya ayudó a más de 100 mujeres a salir de situaciones de trata. Además, impulsó la creación de la ley 26.364 y su posterior modificación, la ley 26.842, sobre la Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas.
Gracias a su accionar, el caso llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), convirtiéndose en una causa internacional, y la madre de la joven desaparecida obtuvo el reconocimiento mundial en la lucha y prevención contra la trata de personas.